La fecundación in vitro (FIV o IVF por sus siglas en inglés) es una técnica por la cual la fecundación de los óvulos por los espermatozoides se realiza fuera del cuerpo de la madre. La FIV es el principal tratamiento para la esterilidad cuando otros métodos de reproducción asistida no han tenido éxito. El proceso implica el control hormonal del proceso ovulatorio, mediante una estimulación hormonal que permite, en la mayoría de casos, obtener múltiples óvulos para la FIV. Los óvulos se extraen de los ovarios maternos mediante una punción folicular, dirigida por una ecografía vaginal. El óvulo fecundado (cigoto) se mantiene en cultivo durante varios días (2-5 desde la punción ovárica) antes de ser transferido al útero de la mujer, con el fin de permitir su anidación (implantación) en el útero y su posterior desarrollo hasta el parto.
Indicaciones:
Obstrucción o ausencia de las trompas de Falopio.
Endometriosis.
Problemas a nivel del cuello uterino.
Fallo de la inseminación artificial.
Esterilidad de origen desconocido.
Baja cualidad de los espermatozoides.
Baja cualidad de los óvulos.
Procedimiento:
En la fecundación in vitro clásica, también llamada convencional (FIVc), se obtienen los espermatozoides (normalmente mediante masturbación) y los óvulos (mediante estimulación ovárica).
Los óvulos se extraen de los ovarios maternos por una punción folicular, dirigida por una ecografía vaginal y se introducirán en un medio de cultivo adecuado a 37ºC y bajo atmósfera de 90% N2, 5% O2 y 5% CO2. A continuación, se solicitará la muestra de semen al paciente. Los espermatozoides de la muestra serán preparado (capacitados) en el laboratorio “Inseminación artificial” para, posteriormente, inseminar in vitro a los óvulos. La inseminación se realiza poniendo en contacto los espermatozoides capacitados con los óvulos.
En la actualidad, la mayoría de los intentos de FIV se realizan mediante la microinyección de los espermatozoides directamente en el citoplasma de los óvulos (ICSI, del inglés “Intra Cytoplasmic Sperm Injection). Los métodos de la estimulación ovárica, recogida de los óvulos y la preparación de los espermatozoides son los mismos como en la FIVc. A diferencia de la FIVc, sin embargo, se realiza una microinyección de un espermatozoide en cada uno de los óvulos disponibles, después de retirar las células del cumulus oophorus de la superficie de los óvulos. Esto permite determinar si el óvulo es maduro o inmaduro, y en este último caso, los óvulos permanecen en el medio de cultivo para completar la maturación antes de ser inyectados. Los resultados de ICSI son superiores a los de FIVc en todos los casos de problemas del movimiento de los espermatozoides y de su capacidad de unirse con el óvulo.
Los signos de la fecundación se observarán el día siguiente la punción folicular, informándose en ese momento a los pacientes del número de óvulos fecundados (cigotos) obtenidos y su calidad. Este será un dato solamente orientativo, ya que es posible que no todos los cigotos lleguen hasta un embrión normal el día previsto para la transferencia al útero (1-4 días después). Se seleccionan los embriones según su morfología y el número de células (blastómeros) resultantes de las divisiones sucesivas del cigoto. Los embriones con graves anomalías morfológica y loes que han parado su división celular no se transfieren.
Por tanto, una vez transcurridos 1-5 días desde la punción folicular, de uno a tres embriones resultantes (y los de mejor calidad), serán transferidos al útero de la paciente. Está demostrado que este número de embriones proporciona las mayores posibilidades de embarazo, con el menor riesgo de gestación múltiple.
De cualquier forma, el número de embriones a transferir se concertará con la pareja dependiendo de sus deseos y posibilidades. El proceso de transferencia dura solo unos minutos y se realiza mediante control ecográfico, utilizando un fino catéter para transferir los embriones al útero, a través del cuello uterino. A continuación la paciente descansará un par de horas y podrá volver a casa. El procedimiento es, al igual que la inseminación artificial, sencillo y totalmente indoloro.
Una vez en su domicilio la paciente observará un reposo y una abstinencia sexual de 7 días (aconsejable). Seguirá el tratamiento puesto por su médico que normalmente estará basado en progesterona para mejorar la secreción hormonal durante la fase lútea y facilitar las posibilidades de implantación y posterior embarazo.
Hacia los 14 días desde la transferencia se llevará a cabo una prueba de embarazo en sangre (medida de beta-hCG). El resultado se comunicará a la clínica. Si el resultado es positivo se le realizará una ecografía a las 2 o 4 semanas siguientes. Una vez que se confirme la presencia de un saco embrionario con actividad cardíaca, el doctor le informará sobre los pasos a seguir durante el embarazo.
Los embriones de buena calidad que no son transferidos serán congelados (vitrificados) con el fin de poder aumentar las posibilidades de la pareja de volver a ser padres (si la primera transferencia de embriones ha resultado positiva) o de un nuevo intento (si el primer intento ha resultado en fracaso).
De cualquier forma, los embriones congelados pertenecerán a la pareja durante un período de 5 años y que al término de los mismos, y si la pareja no expresa su interés por ellos, pasarán a ser propiedad de la clínica de reproducción asistida, para así poder incorporarse dichos embriones en el protocolo de donación de embriones.
Dicho protocolo es beneficioso para parejas que tras varios intentos de reproducción asistida, no han logrado resultados positivos debido a la mala calidad de los gametos femenino y masculino que hacen que los embriones resultantes no sean evolutivos.
Por otra parte, debido a la medicación utilizada para la estimulación ovárica, cabe la posibilidad de obtener un amplio número de óvulos. Cuando el número de óvulos conseguidos es muy alto, una parte de ellos pueden ser donados a mujeres sin posibilidad de producir sus propios óvulos, siempre asegurando para la paciente un número suficiente de embriones que permita tanto la transferencia como la congelación de sus propios embriones y con el consentimiento expreso de la pareja. La donación, será anónima y gratuita.
Con la donación, no sólo se benefician las receptoras, sino también los donantes, dado que el hecho de exponer sus óvulos a espermatozoides de distinta procedencia, aportará una valiosa información. Si fracasa la fecundación con semen de su pareja, pero no con otro, sabremos que el problema reside en los espermatozoides.
Si no hay fecundación en ambos casos, deduciremos que el problema es de los óvulos. Si, como es lo habitual, hay una buena fecundación con diferentes muestras de semen, también obtendremos datos sobre la calidad de los embriones, la receptividad uterina, etc.
Todos estos detalles se realizarán con el conocimiento y consentimiento de la pareja, existiendo hojas de información de cada una de las técnicas a aplicar así como hojas de aceptación o consentimiento de la pareja que lo solicita.